Mariane Ibrahim se complace en anunciar la segunda exhibición individual del dúo artístico Mwangi Hutter, Facing Gold (Frente al oro). La exhibición estará abierta en París del 2 de febrero al 18 de marzo del 2023.
Mwangi Hutter (viven y trabajan en Alemania) fusionaron sus apellidos en 2005 para convertirse en un solo artista. Juntos crean una estética de interrelación para reflexionar sobre la cambiante realidad social y cultural.
Painful Caress (Caricia Dolorosa) por Diana Padrón
La figura literaria del oxímoron representa una oposición de significados. Podríamos decir que el oxímoron está contenido en Venus of Many Places (Venus de Muchos Lugares, 2023) , la más reciente de sus obras producidas por el dúo Mwangi Hutter, que está expuesto por primera vez en su segunda exposición individual en la galería Mariane Ibrahim. Contiene un oxímoron debido a que la obra, como en el conjunto de sus más de dos décadas de trayectoria artística, trata de la compleja dualidad que la entidad artística Mwangi Hutter representa. La instalación está hecha de una escultura y una pintura que sintetiza la multiplicidad de procedimientos artísticos comúnmente usados por el artista, siempre caracterizada por una cuestión performativa. Pero especialmente, el trabajo se refiere a la dualidad artística de los procedimientos que se complementan entre sí, ya que cada elemento necesita del otro para significar. Tampoco lo hace por sí sola porque la instalación reta a la audiencia a participar en un juego de balance introduciendo un punto de vista en el que los elementos convergen de manera óptima. ¿No es el amor un juego de balance?
La serie de pinturas Facing Gold, Embracing and Union Dance (Frente al Oro, Abrazador y Baile de Unión), lidian con tales balances amorosos, ya que toda la coreografía requiere su contrapeso. Son ejercicios en balances inevitables porque el amor que surge entre dos subjetividades diferentes, es necesariamente asimétrica y esa es la razón por la que interrumpe la lógica del intercambio económico. De este modo, el uso del elemento oro, que tiene que ver con el sentido elocuente y metafórico de los materiales usados en los trabajos de Mwangi Hutter, no alude a un mero valor del mercado, sino a un capital simbólico de verdad y sabiduría compartida. La sabiduría que reside en la capacidad sensible de la coexistencia, compasión y empatía. John Berger diría que en todo deseo hay tanta compasión como apetito, ese deseo es inconcebible sin una herida, que el único plan entre dos amantes es ofrecer al otro un descanso del dolor del mundo. Él diría que esto es en lo que consiste la belleza. Esta belleza es representada en las pinturas eróticas de Mwangi Hutter a través de los cuerpos que se fusionan, se derriten o gotean porque, como indicó Bataille, lo que está en juego en el erotismo es una energía de la disolución de formas previamente constituidas y una promesa sobre el nacimiento de un otro diferente. La alteridad representa la promesa, demuestra la posibilidad de otro tipo de existencia. El tiempo de promesa es el futuro.
Una sociedad sin futuro es una sociedad que tiene algo que resolver con su erotismo. Eros no habita en la ansiedad de ser que caracteriza la sociedad individualista, sino en lo que Lacan definió como falta. La obra de Mwangi Hutter tiene esta conciencia de ausencia que busca completar su “yo” con una alteridad, lo que implica trascender la idea de identidad. Por eso algunos cuerpos representados en sus trabajos están cubiertos, evitando así las clasificaciones biopolíticas de género o raza. Este es el caso de la figura escultórica Dark Golden Ease (Facilidad Dorada Oscura, 2019), que adquiere significado debido a su ubicación en el espacio físico, arrodillándose ante nosotros con la frente al suelo y mostrándonos solo sus palmas doradas. Se niega a sí mismo para que podamos contemplar la posibilidad de no ser. En procesos místicos como el Sufismo, este desarme del “yo” es esencial para reconocernos como parte de un todo mayor.
La voluntad de trascender el ego ha llevado a Mwangi Hutter a explorar una forma de ser como comunidad, a contemplarse a sí mismo de una manera que nos anima a replantearnos un conocido lema de Rimbaud: je est un monde. "Por favor, no me dejes solo" se puede escuchar en la canción que da ritmo al video This Contemplated Self (Este Yo Contemplado, 2018). El ritual es exactamente lo que da ritmo a nuestras vidas, otorgándole significado a través de la práctica de la repetición, que remonta el pasado al futuro. En esta superposición de tiempos, la somatografía de los cuerpos humanos se equipara con la cosmografía de los cuerpos celestes, giran en un cosmos de totalidad compartida. Ese tiempo abierto e inefable que contiene todos los tiempos es, por supuesto, intergeneracional. Quizás por eso sus propios hijos aparecen con frecuencia, como en la serie Of the Times (De Los Tiempos), encarnando la transmisión de la compleja dualidad de Mwangi Hutter.
Como ya se ha interpretado en otras ocasiones, la fusión de Mwangi Hutter puede tener que ver con la búsqueda de una unidad ancestral perdida, como el espacio primigenio para la coexistencia en el útero materno que da origen etimológico a la palabra amor (amma). Quizás fue la búsqueda de ese paraíso perdido lo que dio lugar a cosmogonías como la de Génesis, la Mahabharata o Gilgamesh. En la escultura Génesis (2022), Mwangi Hutter posiblemente toma como referencia la escultura La Cathédrale (La Catendral) de Rodin, pero otorgándole un significado sagrado a este primer espacio de vida. Precisamente, Freud entendió el impulso vital o Eros como la voluntad inconsciente de rodearse con otro soma. Aquí un soma embriónico está rodeado por manos, porque para cada artista las manos son un elemento que genera vida.
Los dedos, ya sea a través de la huella dactilar o a través de la representación de las manos, están presentes en toda la exhibición Facing Gold (Frente al oro). Cada artista está dotado de dedos de oro con los que crean e imprimen el carácter de permanencia en una obra de arte. Desde 2018, Mwangi Hutter ha estado experimentando con esto en su serie de huellas dactilares, como en las piezas One Ground (Luminous) (Un Suelo, Luminoso, 2021) y One Ground (Lucid) (Un Suelo, Lúcido, 2021). Su uso constante de huellas dactilares alude al origen ancestral del arte, pero también evoca una caricia. Levinas diría que la caricia es un juego con algo que escapa. Lo que escapa es la promesa del futuro que la utopía amorosa representa en su voluntad de trascender el destino trágico de la muerte hacia lo que Octavio Paz definió como una vida que es "más vida que vida". También es un augurio de que, para que ocurra el amor, necesita disolverse las formas previamente constituidas. Por eso las caricias son dolorosas, pero al mismo tiempo crean. Mwangi Hutter siente que el arte habita esa complejidad, sabe que de dos imágenes chocantes pueden crear una nueva realidad. Eso es lo que ocurre en el oxímoron cuando, a través de dos conceptos opuestos, se genera un tercer significado. Quizás por eso, el oxímoron es la figura literaria que se ha utilizado en tantas ocasiones para tratar de expresar el misterio inefable del amor.